sábado, 29 de noviembre de 2008

Muñeco de Trapo.


Sinceramente espero que muy poca gente vea esta entrada... No me gusta para nada, pero creo que tengo que publicarla para darme cuenta de que no siempre puedes escribir con perfección, y así cuando vea para atrás en un futuro podré decir si he mejorado o no... Y quiero recordarles a todos que yo no escribo lo que siento, son cosas ficticias que, obviamente al ser ficticias, las invento Yop.



Sin pensarlo, sin imaginarlo previamente, he descubierto que soy un monstruo; unas escoria alienigena de algún planeta desconocido; capas de controlar sentimientos, capas de aislarme contra todo mal, siempre fingiendo y mostrando una personalidad bondadosa y gentil. "Un lobo vestido de oveja".
El pronunciar mi nombre y cualquier derivado de la palabra "amor" debería ser una blasfemia, un pecado mortal. ¿Como es posible, que sabiendo el daño que hago, sea lo suficientemente egoísta como para seguir haciéndolo?
Los sentimientos son como gotas de agua resvalando sobre piel de vinil, al final, jamas penetran en mi corazón. Aunque yo crea que es algo verdadero, solo es una ilusión ficticia de lo que en realidad quiero sentir. Pero solo soy una maquina vacía, un muñeco de trapo hecho de frió metal. Porque a pesar de que pueda aparentar ser un peluche blando relleno de algodón, lo que mas de asemeja a mi verdadera personalidad es el frío del acero material al que me he confinado y del que ahora no puedo salir.
Pareciera como si fuese un pecado el que mi corazón llegase a sentir. Y a decir verdad, ¡Lo es!. Porque así como no siento lo bueno, tampoco siento lo malo. Y eso es una ventaja para todos ustedes, porque si mi corazón algo malo sintiera: odio, rencor, dolor. la potencia del apocalipsis envidiaría mi fuerza. Lento y despacio acabaría con todo aquel que me hiriera en lo mas mínimo, sin ni si quiera sentir remordimiento, al contrario, disfrutaría en sobremanera el verlos caer ante mis pies, me vanagloriaría al verlos padecer por obra mía. Por eso, "Dios sabe lo que hace y uno no sabe lo que dice", si es que acaso soy obra de Dios y no de algo peor. Porque si en algún momento de mi existencia llegase a aparecer aquel fuego que derrita el hielo de mi corazón por completo, espero que Dios tenga piedad de la tierra, porque Yo no la tendré.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Vanidad.

Vanidad, diosa perfecta de narciso, pecado exquisito que muestras con rudeza la cruel realidad a los demás. Pocos te poseen, pero los que tenemos el delirio de adorarte, te consideramos una droga excesiva que corre por nuestro ser, tan perjudicial como perfecta, siempre altiva, superior, capaz de dominar ejércitos con solo una mirada. Poder infinito que aumenta el ego y el adonis de nuestro cuerpo. Incluso, si de Afrodita se tratase, sus celos incontenibles no podría esconder, puesto que en tu seno ella se arropa y desea poseerte completa, ocupar tu lugar y robar tu poder. A pesar de su deleite en la belleza, su reino no es tan amplio como el tuyo, que ocupas grandes espacios en las almas, y cobras con altos creces la vida de muchos, haciéndolos tus esclavos e imponiendo tu orden. Tu única representación viviente en la tierra son las manzanas, fruto perfecto en líneas, color, forma y figura. Te describen con exactitud: provocativa, sensual, un placer y a la vez un pecado, hermosa, llena de pasión y amor propio, dulzura cuando se desea el rojo del fuego y ácida en su verde fulgor. Por mi parte, sabiendo que a la destrucción me llevas, quiero que me guíes de la mano en tanto puedas, disfrutaré de tu indulgencia mientras me lo permitas, y acabaré en el infierno cuando lo decidas.

martes, 25 de noviembre de 2008

Aroma a Amor y Rosas.

Tan solo una rosa conoce su verdadero olor, pues quien mejor para saber la divina conbinación química de tan exquisita y embriagante fragancia que ellas mismas. Pero son astutas, pues en su vivacia, confunden su verdadera huella digital con los aromas del ambiente y obviamente su fragancia es desconocida. ¿Quien fuese dichoso a conocer tal exquisitez?. Es un tesoro que pocos o ninguno conocen, así como el amor, como el amor verdadero, no esa ilusión de nubes y mariposas volando dentro de nosotros, sino aquel sentimiento que te permite dar la vida por alguien más, que no importa que peligro enfrentes siempre has de dar todo por el, por ese sentimiento, por esa demencia que solo los verdaderos locos tienen el privilegioso don de entender. Pero muchos, incluyéndome, pensamos que ese amor no existe, y si existe entonces es mejor no sentirlo o padecerlo, puesto que como las rosas, bastante egoísta solemos ser, y es mejor guardar ese precioso tesoro para nuestro deleite, aunque eso implique la sequía de nuestro corazón.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Fragmentos de una Vida en Sombras.

Si alguien supiera toda la verdad, si tan solo una persona estuviera consiente de lo que me sucede. Pero es imposible, nadie esta aquí para salvarme de mi mismo. Todos me odian y desean mi muerte. Así que no esperaré mas, he de acabar con la desdicha de otros y hacer feliz a los que me odian, he de tirarme a los profundos brazos de lo desconocido, a donde nadie me encuentre, y si alguien ha de encontrarme que el mismo demonio sea, y me lleve en sus manos hasta encontrar el dolor. Ese dolor que ya deja de ser lo que es para convertirse en eternidad, en costumbre, en algo cotidiano y a veces placentero, en lo que muchos bautizarían como infierno, en lo que yo llamaría paraíso. Pues si de comparar mi vida con ese dolor se tratase, ciertamente diría, que el dolor es el paraíso y el verdadero infierno es mi vida. Una vida sin sentido, en donde las lágrimas toman el lugar de las tres comidas diarias, en donde los recuerdos no dejan de acosarme, en donde el perdón para mi no existe, una vida en donde el único rayo de luz es el de una vela encendida en mi cuarto a medio consumir, en donde el canto de la lluvia es mas alegre que cualquier cosa que yo pudiese decir. Por eso he decidido que ya no mas, que todo acabó y que he de dejar atrás a ese mundo horrendo con un adiós y he de darle la bienvenida al dolor perpetuo, al señor de las sombras y a todo lo malo para redimirme junto con la oscuridad. Si alguien, en algún momento, no ha encontrado la felicidad en las sombras, que me lo diga, que me enseñe a ver las cosas de un modo distinto, desde otra perspectiva o ángulo diferente. Pero lastimosamente, ya es muy tarde, solo me quedan unos pocos segundos en este horrendo funeral y he de partir hacia mi dolor anhelado, por eso cuando alguno de ustedes venga a visitarme para siempre, yo compartiré con gusto mis heridas y sufriremos eternamente en la felicidad.

martes, 4 de noviembre de 2008

El mundo del Yo!

Buenas tardes, mi nombre es Secreto y yo les vengo a relatar un Cuento de Hadas:
En tiempos antiguos, de tierras lejanas, un hombre y un niño vivian una batalla fantastica, en donde la pureza del niño y la rudeza del hombre se enfrentaban ferozmente solo por el simple placer de saber quien era mas fuerte y poderoso.
Para el niño, todo era un simple juego; un monton de fichas que cumplian sus ordenes en un tablero de ajedrez. Para el hombre, la guerra lo era todo. El ganar, el defender su orgullo y su hombria valia mas que cualquier cosa.
Para que esta guerra infinita acabara la sangre de uno de ellos debia correr por las calles de aquel mundo fantastico, que al final seria el premio del vencedor.
El niño se valdria de los recuerdos y memorias de la infancia, de las ganas de jugar y reir, de los chistes de la vida y de la magia de vivir. El hombre era diferente. Su plan era valerse del tiempo, del olvido, de la amargura y la crueldad, de la simple esperanaza de que el mundo creciera lo suficiente como para que el niño quedara envuelto en las sombras y asi poder se Él el vencedor.
Pero ninguno de los dos se daba cuenta de un pequeño detalle: ambos poseian una parte del otro.
El niño, poseia la crueldad de manejar todo a su antojo como fichas de ajedrez, y el hombre poseia la pureza de la esperanza reflejada en sus oscuros deseos.
Aun asi su batalla continuo intacta, ambos enfrascados en una pelea inhumana.
El tiempo pasó inclemente sobre las arenas del recuerdo, pero el niño seguia cubierto de luz y brillo y la pasciencia del hombre se agotaba, la esperanza dejaba de ser suficiente, mientras el niño seguia danzando por las calles de la conciencia.
Las tacticas del niño tampoco funcionaron, pues el hombre era fuerte y los recuerdos de la infancia, los chistes, los juegos y las risas no lo dañaban. Era como si dos olas chocaran entre si, producian un gran estruendo, pero ninguna de las dos salia lastimada.
El tiempo continuo su curso, la batalla, el hombre y el niño fueron olvidados. Todos dicen que como cualquier cuento de hadas, el absurdo final de esta historia fue un "y vivieron felices por siempre", pero entre las estatuas se comenta que el verdadero final de esta historia no existe, puesto que la batalla continua dentro de cada uno de nosotros.