martes, 23 de junio de 2009

Decálogo para vivir en paz.

Como la llama de una vela que no transmite calor, como un perfume exquisito y caro cuyo olor es débil y ligeramente repugnante; la vida vacía y sin emociones no expresa nada. Cuando eres un simple títere del día a día y no logras ver tu alma al mirarte en un espejo, te preguntas ¿Que tanto vale la pena vivir? 
 En ese momento crítico para ti, cierra los ojos y suspira, piensa con claridad y sin la luz cegadora del sol. Mira a tu alrededor y percibe la magia que te rodea, deslúmbrate con la vida y deja atrás la muerte, nutre tu alma con el amor de tus seres queridos y da gracias por haberlos conocido. 
 Que el calor del día bañe tu rostro y espera con paciencia la solución a tus problemas. Siente la brisa recorrer tus sentidos y ama la tierra que pisas, pues en ella hay vida. Come una manzana y admira su color, degusta su sabor. No desperdicies los sueños que tienes, cúmplelos y disfruta de cada segundo valioso de ellos. Vive y deja vivir. Ama y déjate amar. La vida es compleja y eso la hace entretenida.