jueves, 11 de marzo de 2010

¡Erguíos!

Despertad. Erguíos, demonio de ojos dorados, sobre la sombra de los humanos. Que tu andar en la luz sea la señal de la desesperanza para aquellos que aún creen en el bien. Que la piedad se extinga para regresar a los inicios, que el brillo indigno de la hora más obscura conozca la verdadera naturaleza del ser sin forma. Que la palabra someta los cánones de la materia para que sucumba de rodillas ante vuestra magnificencia.

Poseedme. Tomad mi cuerpo como obsequio. Que mi sangre sirva de alimento para vuestros futuros hijos, quienes gobernarán en el orden infinito. Que mi carne nutra vuestro aliento voraz en la tormenta.

Eterno, inmortal, lanzad vuestro poder al universo y consumid todo aquello que se atraviese en vuestro paso. Por mi poder, por mi alianza con los señoriales impulsos del anochecer, regresad a la vida de vuestro encierro. Volved.